Fortesque:
El calentamiento tiene en el PE la misma importancia que tiene en el deporte. Estamos hablando de calentamientos distintos, pero en el fondo la función es la misma. El calentamiento por calor externo, que es el que usamos en el PE, es muy conveniente, casi imprescindible, por dos razones:
1) Tiene un efecto físico, que es el de aumentar la flexibilidad y la elasticidad, como ocurre en los materiales sometidos al calor.
2) Pero además de esto, activa la circulación del pene y el metabolismo de sus tejidos, porque el pene está constituido por materia viva.
El pene no tiene constitución muscular, sin embargo, en esto responde parecido a los músculos cuando se les aplica una almohadilla caliente. Ya sabemos que el “calentamiento” típico en el deporte, incluso en el gimnasio, no es la aplicación de almohadillas calientes sino de ir acondicionando los músculos y articulaciones con ejercicios de intensidad gradual.
En el pene, sin embargo, hacemos ambos calentamientos: el calor externo y el aumento gradual de la intensidad o de las repeticiones, en cada sesión y en el tiempo.
Es notable la diferencia cuando se acondiciona el pene mediante la aplicación de calor y comenzando con baja intensidad. ¿Es imprescindible? Tal vez no, pero la diferencia y las ventajas son tan notables que casi me atrevo a decir que deberíamos tenerlo como imprescindible.