Hola Hikome:
Sin dudas adhiero a lo dicho por los amigos que te han respondido. Los nervios, la inexperiencia, la ansiedad, te han jugado en contra a ti, como a ella.
Te propongo una estrategia para que las vayas cumpliendo, progresivamente.
Primero que todo, relájate y piensa que a todos, nos ha pasado algo parecido, con la persona que más nos interesaba tener un encuentro maravilloso.
Segundo, busca un lugar absolutamente tranquilo y seguro para tu propósito, y hacéselo saber a tu novia, de un modo amable, cariñoso, y seductor, para que ella también sepa que, algún día allí, ocurrirá un encuentro entre los dos y vaya preparando su ánimo para dicho evento.
Calienta tanto tus motores, como los de ella, con caricias prometedoras de futuras delicias horizontales, y llenando sus oídos con palabras de pasión contenida.
Tercero, no te pongas una fecha tan próxima, que te suscite ansiedad innecesaria, y aunque ella no sea capaz de decirte que, ya no aguanta más, debes hacer el esfuerzo de seducción como para que pudiese decirlo.
Abre bien tus percepciones y pon atención en aquello que más le gusta, de tus caricias o modales, y esmérate en gratificarla, fíjate bien cuales son sus zonas erógenas, que bien sabemos no son las que nos gustan a los varones.
Besar los hombros, los lóbulos de las orejas, debajo de la barbilla, el cuello, el dorso de las muñecas, y todo lo que puedas besar y acariciar.
Ellas en general, tienen todo el cuerpo erotizable, y lo demuestran muy bien con sus jadeos, y en el humedecimiento de su genitalidad. Pero atención, su sexo no es el principal centro de caricias, apenas es uno más y no el más importante (a diferencia de nosotros, que casi somos un pene, con un hombre atrás), pero sus senos, su vientre, sus nalgas, sus tobillos sus manos, son preciosos puntos de encendido, tanto que algunas mujeres pueden experimentar orgasmos con las caricias en sus pechos.
Y Recién, luego de unas cuantas exploraciones mutuas (para que ella también te conozca a ti) y te tome confianza; Sin presiones y convencida, lleva a ella a ese lugar que has elegido con anticipación, y allí, tómate tu tiempo, como resultado de una etapa sin tensiones.
No hay mujer que se resista ante las galanterías y gentilezas de un hombre, entonces has le sentir que es la reina del universo y tu, su caballero andante, y cuando menos te lo pienses,… vendrá a comer de tu mano.