Amigos, creo que hay que poner cada cosa en su lugar. La masturbación es algo natural y normal y no podemos sentirnos culpables por masturbarnos. No es solo propia de adolescentes, sino que nos acompaña durante toda la vida, tanto a hombres como a mujeres, en mayor o menor grado. Proporciona muchos beneficios, entre los que están la estimulación de la fantasía sexual, la descarga del estrés, la autonomía en la gestión del placer sexual y la estimulación del proceso de creación de testosterona (si no eyaculamos mediante una relación sexual al séptimo día sin eyaculación).
Pero como todo en la vida (comer, hacer actividad física, trabajo, etc.), si se hace en exceso, trae consecuencias negativas. Cuando se transforma en compulsión, entonces empieza el problema.
Con la pornografía pasa algo parecido. Estimula nuestra imaginación y fantasía y nos agrada ver personas que encontramos atractivas. En sí no es mala, pero puede ser adictiva. Debemos también ser conscientes de que se trata de ficción, de que son actores y actrices haciendo una película.
El truco reside en el control. Evitar la masturbación o la pornografía puede ser una opción temporal para después replantearmos las cosas desde un estado no ansioso. Pero creo que, sobre todo en el caso de la masturbación, no deberíamos verla como algo ajeno o nocivo. Es parte de nuestra vida sexual y, además de su valor propio, intrínseco, es posible también introducirla en el juego sexual con nuestra pareja.
Saludos.