Walzam, yo tengo desde la infancia un eczema en el pecho y la espalda (en ocasiones a ambos lados de la nariz, en el cuello y en el entrecejo) que viene y va. Para algunos médicos es pitiriasis y otros le dan el apelativo más genérico de ‘eczema’. Sé que tiene mucho que ver con mi estado nervioso: cuando discuto o estoy estresado suele avivarse y, por el contrario, cuando estoy sosegado o duermo suficientemente, tiende a desaparecer. También debe haber algo de hereditario, porque por la rama paterna somos varios los afectados (todos hombres, curiosamente).
Cuando me apareció los médicos me recetaron cremas con corticoides, de efecto automático, mágico, pero que exigían un uso breve, no continuado y aplicación en zonas no extensas de la piel, pero causaban una recidiva más intensa.
Desde hace ya muchos años lo mantengo a raya con varios métodos que me fueron indicando médicos y terapeutas naturistas. No sé si me acordaré de todos, porque es algo que tengo ya muy incorporado a mi vida cotidiana desde hace mucho tiempo, pero la lista sería más o menos así:
- infusión, tres veces al día, con las comidas, de calaguala y zarzaparrilla o bien de abedul, pensamiento, ortiga, diente de león y regaliz (esta última planta, para evitar las posibles molestias causadas por las restantes plantas, que son estimulantes de las secreciones gastrointestinales, como muchas otras hierbas depurativas).
- sol.
- mar.
- perlas de aceite de onagra.
- levadura de cerveza (y también germen de trigo).
- suplementos de zinc; también se pueden tomar pepitas de calabaza/zapallo, muy ricas en este mineral.
- mascarillas de arcilla (verde, si puede ser). Una manera muy efectiva de hacerlas es mezclando la arcilla con zumo de limón, aunque con agua también van bien. Una vez seca la capa del emplasto, que no hace falta que sea gruesa, se aclara con agua y se aplica una crema hidratante natural o aceite de oliva.
- ensaladas abundantes, fruta dulce.
- intentar evitar el queso no desnatado (cuanto más curado, peor será para la piel) y los picantes, así como la carne de cerdo. Yo noté un cambio radical el día en que me pasé al vegetarianismo.
- deporte.
- tomarse la vida con menos agobios y preocupaciones.
Un abrazo a todos.