Espera, Alejandro Magno, no tan rápido.
Durante el sexo y la masturbación, sobre todo cuando la excitación es intensa o ha se dedicado mucho tiempo, al llegar al borde del orgasmo, sin lograrlo plenamente (lo que en inglés llaman “edging”), pueden segregarse 1 o 2 gotas de algo más que ese mucus o moco, y podría ser incluso semen propiamente, aunque en muy pequeño volumen, como ya he dicho. Creo que eso nos ha pasado a todos. ¡Cuidado, ahí sí hay peligro, si en lo que están pensando es en la posibilidad de embarazo!
Cualquier libro de fisiología que incluya al sistema reproductor masculino debe traer esta explicación.
Sólo las contracciones musculares intermitentes que se producen durante el orgasmo son capaces de apretar o exprimir a la próstata, las vesículas seminales y a los conductos deferentes. Los tres productos de estos órganos constituyen el semen. Los dos primeros son secreciones, mientras que los conductos deferemtes contienen en su interior los espermatozoides, que al ser producidos por los testículos se acumulan en esos órganos tubulares.
Si no sentimos esas contracciones, que todos saben a lo que me refiero, no debe haber salida de espermatozoides. Aunque, repito, al hacer el “edging” puede llegarse al comienzo de esas contracciones, aunque las detengamos, y entonces es posible que en lugar de un líquido transparente salga otro turbio. Ya estas son otras palabras.
Por cierto, la razón por la cual el semen es emitido en forma como a borbotones o forma discontinua, es porque los impulsos nerviosos que llegan a las paredes musculares de los tres tipos de órganos en cuestión llegan en esa forma.