El Sistema Reproductor Masculino (I)
El pene es la razón de existir de Thundersplace y de las reuniones de todos nosotros los “faloculturistas” en este sitio. Sin embargo, el pene es parte de un sistema de órganos que actúan en conjunto, conocido como sistema reproductor masculino, cuyo conocimiento debería ser también una meta obligatoria nuestra, aunque el pene merezca la supremacía.
Si pudiéramos considerar al pene y los testículos aisladamente por las funciones que realizan, podríamos asegurar que son los órganos más importantes del sistema; además de ser los órganos mejor conocidos por todos, debido a su posición externa. Los órganos internos son: los dos conductos deferentes y las vesículas seminales, simétricamente a ambos lados, y la próstata en posición media.
El siguiente esquema muestra los órganos del sistema reproductor masculino en el lado izquierdo y en el centro del cuerpo.
Este trabajo surge del deseo de dar a conocer la anatomía y la fisiología básicas de estos órganos, para una mejor comprensión del porqué de nuestros ejercicios del PE, y de cómo ciertas prácticas, como algunas usadas en los testículos, no solamente son absurdas, sino además peligrosas, mientras que otras, como la mayoría de las que se aplican al pene, tienen una base razonable y efectiva por sus resultados.
Un dato interesante que es conveniente mencionar ahora es que el sistema reproductor y el sistema renal en el hombre tienen un órgano en común: el pene, siendo esta dualidad otra característica de este órgano extraordinario. A través de la uretra, que es el conducto que recorre al pene en toda su longitud, el sistema reproductor emite el semen hacia el exterior, pero también la vejiga, que es el depósito del sistema renal, elimina la orina a través de la uretra.
TESTÍCULOS
Los testículos tienen dos funciones, muy distintas entre sí por su naturaleza: 1) la producción de testosterona, la hormona responsable de los caracteres masculinos, que comienzan a hacerse muy marcados durante la pubertad. 2) La producción de espermatozoides o gametos masculinos, cuya unión 1:1 con el gameto femenino u óvulo forma una célula única, el cigoto, que se multiplicará para formar un embrión y un nuevo individuo.
La forma de los testículos es ovoide, por lo que popularmente reciben a veces el nombre de “huevos”, aunque en realidad esta forma es ligeramente aplanada. Tienen una longitud de unas 2 pulgadas (5 centímetros) y la consistencia es más o menos dura, como la de un huevo hervido durante varios minutos, en esto contribuye la existencia de una superficie o cubierta fibrosa dura, la llamada túnica albugínea, también presente en los tres cilindros esponjosos del pene, aunque no existe continuidad entre la túnica del pene y las de los testículos, sino que tienen un origen embrionario común.
Los testículos cuelgan dentro de una bolsa llamada escroto. El testículo izquierdo cuelga un poco más bajo que el derecho. El escroto está constituido por varias capas, de las cuales la más externa es la piel, seguida por una capa muscular llamada dartos, cuatro capas o fascias, cada una con un nombre, y por último la túnica vaginal, llamada así por su origen embriológico común con la mujer.
La capa muscular o dartos puede contraerse o relajarse de acuerdo con diferentes estímulos; el más importante parece ser la temperatura. Con el frío, dartos se contrae y los testículos se aproximan al abdomen; por el contrario, cuando hay calor, el relajamiento de la capa muscular hace que los testículos se alejen del abdomen, colgando más bajo. La espermatogénesis o producción de espermatozoides requiere una temperatura inferior a la del abdomen. En el escroto no contraído, la temperatura es de unos 3º F (1.7 C) inferior a la del abdomen.
Veamos ahora un gráfico que muestra los tres órganos contenidos en uno de los lados del escroto: testículo, epidídimo y el comienzo del conducto deferente. Consideremos brevemente la estructura del testículo.
De la túnica albugínea ya mencionada arriba surgen hacia el interior del testículo unos tabiques o septos, de la misma composición y consistencia que la túnica, que dividen al testículo en lóbulos. En cada lóbulo existen de 1 a 3 tubos muy finos que se enrollan sobre sí mismos, y que son conocidos como tubos seminíferos.
ESPERMATOGÉNESIS
En el interior de los tubos seminíferos es donde ocurre la espermatogénesis. Las células de las capas más superficiales del tubo se multiplican produciendo células hacia las capas más internas del tubo. Este proceso de multiplicación o división celular tiene varias etapas, de las cuales la final es la llamada meiosis, en la cual las 23 parejas de cromosomas de estas células (similares en esto a las del resto del cuerpo) se separan durante la división celular, produciendo células con 1 solo cromosoma de cada pareja, es decir, 23 cromosomas en total, que es el número haploide de cromosomas en la especie humana. A partir de estas células haploides se producen directamente los espermatozoides, que son liberados en la cavidad o luz del tubo.
Esquema de un corte transversal de un tubo seminífero
Los espermatozoides tienen motilidad propia mediante un flagelo, y se desplazan por el interior de los tubos seminíferos hacia el epidídimo, listos para continuar su viaje hacia el exterior durante la eyaculación (todo el complejo sistema de tubos seminíferos converge en la parte superior del testículo en 12 a 20 tubos eferentes que atraviesan la túnica albugínea y penetran en el epidídimo).
Espermatozoides vistos al microscopio
Durante la fertilización, al unirse un espermatozoide con un óvulo femenino, también poseedor de 23 cromosomas impares, el número total de 46 cromosomas organizados en 23 parejas (número diploide) se restablece al formarse el cigoto.
TESTOSTERONA
En los lóbulos del testículo, entre los tubos seminíferos (no dentro de ellos) existen conglomerados de células conocidos como células de Leydig. Estas células son las productoras de la hormona masculina: la testosterona.
EPIDÍDIMOS
Cada testículo presenta en su parte posterior y superior un epidídimo, con tres áreas más o menos definidas: cabeza, cuerpo y cola. La estructura del epidídimo es básicamente tubular. Todos los tubos procedentes del testículo aparecen enrollados profusamente en la cabeza del epidídimo, para reunirse todos en un solo tubo que forma el cuerpo y la cola del epidídimo. Si este tubo único se extendiese, la longitud que alcanzaría sería de 6 metros (20 pies).
Una característica interesante de los tubos o tubo del epidídimo es que poseen una gruesa capa muscular y un epitelio de revestimiento interno ciliado. Tanto las contracciones de la capa muscular como el movimiento de los cilios en la luz del tubo tienen una importancia evidente en el transporte de los espermatozoides hacia el resto del sistema.
En los epidídimos los espermatozoides concluyen su maduración y son nutridos y almacenados hasta el momento de la eyaculación.
LOS TESTÍCULOS Y EL PE
Muchos practicantes del PE no sólo quieren hacer crecer sus penes sino también sus testículos, usando succión, anillos o colgamiento de pesas. Aquí hay que hacer una advertencia importante. Cualquier intento para agrandar los testículos sería algo temerario. Querer hacer crecer un testículo es como querer hacer crecer un ojo. Los testículos son órganos tan delicados como pueden serlo los ojos. No es posible alterar el tamaño de estos órganos sin dañar seriamente su funcionamiento.
No pueden compararse los testículos con el pene. El pene responde positivamente al agrandamiento provocado con las técnicas del PE porque sus tejidos son susceptibles al crecimiento provocado físicamente. En el cuerpo podemos hacer crecer los músculos, los tendones y la piel. En el pene podemos hacer crecer los tres cuerpos cilíndricos de tejido eréctil, los ligamentos y también la piel.
Lo que ocurre generalmente es que con las pesas y anillos se extienden el escroto y las estructuras internas de las que cuelgan los testículos dentro del escroto, haciendo que los testículos cuelguen más bajo. Si esto es lo que pretendemos cuando decimos que queremos hacer crecer los testículos, el asunto parece más razonable, pero aún así es delicado, porque no podemos aislar los testículos y epidídimos para que no sufran daños.
Con la bomba de vacío la presión negativa ejerce su primer impacto sobre el escroto, pero el contenido de éste también tendrá que responder, ¿cómo?: una respuesta inmediata podrá ser la acumulación de fluido para contrarrestar la tensión. ¿Es ése el crecimiento que buscábamos?, pues está lejos de ser una buena idea. ¿Qué más, ahora los testículos y los epidídimos? Este es un análisis que quien intente practicar el PE debe tener en cuenta antes de poner sus manos o algún instrumento en tan delicados y valiosos órganos.
El resto de este trabajo aparece en este mismo foro con el título de “El Sistema Reproductor Masculino (II)”
Nota: El término “faloculturista” fue creado por Fefo, uno de nuestros moderadores veteranos. En vano lo buscarían en el Diccionario de la RAE.
Mafero
Ultima edición fue de mafero el 12-09-2006 a las .