Las erecciones espontáneas en general, y las nocturnas en particular, constituyen un mecanismo natural de “protección” de la salud del pene, así como señales indicativas de esa misma salud. A mayor salud del pene, mayor número, duración y dureza de las erecciones; a mayor número de erecciones, mayor salud del pene.
Las erecciones espontáneas garantizan que provisiones periódicas de sangre nueva entren a las estructuras del pene, oxigenándolas y nutriéndolas. Un efecto secundario del PE, es el aumento en la frecuencia, duración y dureza de las erecciones espontáneas, incluyendo las nocturnas. Los ejercicios de PE como el jelq y el bombeo, bien ejecutados, aumentan de por sí la cantidad de sangre que entra al pene, pues sus mecanismos de acción se basan precisamente en forzar sangre hacia las cavidades del mismo, de esta manera, oxigenándolo y nutriéndolo más, mejorando la vascularización y circulación sanguínea de esta forma. Esto a su vez, causa la mayor frecuencia y calidad de las erecciones.
Si por el contrario, notaramos un decremento en las erecciones, podría ser señal de que estamos excediéndonos en el PE, bien en volumen, bien en intensidad, por lo que sería prudente modificar/reducir los entrenamientos. En este sentido, las erecciones son un magnífico sistema de monitoreo de los efectos de nuestras rutinas sobre el miembro, por lo que debemos estar atentos a ellas.
Así que lo que narras Halcón, es un claro indicio de que estás entrenando muy bien y de que el PE está contribuyendo a fortalecer la salud de tu falo.
Y como bien indicas, las erecciones contribuyen, si no a ganar en tamaño, por lo menos a mantenerlo.
¡Enhorabuena!