Estimados amigos:
Mi primero contacto con el concepto de que el pene se podía agrandar, fue hace exactamente 33 años cuando, por casualidad, cayó a mis manos una revista estadounidense llamada Hustler.
En ella había un artículo al respecto de un médico que, según él, había desarrollado un método para agrandar el pene.
Había llamado a ese método “The Chartman’s Method” y lo comercializaba a cambio de una “módica suma”.
Si bien no explicaba específicamente de qué se trataba, sí mencionaba que se basaba en la aplicación de vacío en el pene a través de una bomba y de ejercicios manuales.
Obviamente nada que no conozcamos hoy en día, sin embargo, en 1975, (sitúense ustedes sin Internet, sin teléfonos celulares, sin televisión por cable, sin computadoras personales, etc.) la información que se podía encontrar en Argentina sobre este tema era prácticamente inexistente.
Si bien yo tenía un pene absolutamente normal (16 cm. B.P.) creo que, como la inmensa mayoría de los hombres, siempre había tenido la aspiración de tenerlo “más grande”.
Entusiasmado, escribí a Estados Unidos solicitando el sistema completo (por carta obviamente, recuerden que no existían los e-mails) y me dediqué a esperar.
A medida que pasaban los días, me era cada vez más difícil calmar la ansiedad, pero me conformaba pensando que faltaba menos para tener un pene “gigantezco”.
Por fin, después de aproximadamente un mes, me llegó una carta de Estados Unidos de la clínica del Dr. Chartman.
No puedo describirles la ansiedad y la expectativa que tenía ¡Me temblaban las manos!
Era una hoja con membrete de la Clínica Chartman. Cuando leí lo que decía, fue como si me hubieran dado un mazazo en la cabeza.
Había una sola frase: “I’m sorry, we don´t mail outside U.S.” (Lo siento, no hacemos envíos fuera de Estados Unidos).
Perplejo, me derrumbé en un sillón con el papel en la mano. Ahí terminaba todo ¡No lo podía creer!